Entre los años 1949 y 1951, en un período particularmente rico y complejo para las artes plásticas argentinas donde se confrontaban tendencias y razonamientos políticos opuestos, un hombre cultor de las últimas vanguardias y de las nuevas propuestas del arte concreto y madí, creyó posible un nuevo arte para el estado peronista. Un arte concreto nacional, que serviría a las fuerzas constructivas del pueblo de una argentinidad inmanente.
Con la encomienda de colocar obra de artistas argentinos en diferentes reparticiones públicas, pero impedido de convocar a artistas del movimiento concreto por estar en posiciones políticamente opuestas al régimen, decide conformar un equipo de trabajo con cuatro empleadas de la Subsecretaria de Promoción Cultural del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos. Durante dieciocho meses, tendrán la tarea de dar forma a nuevas obras de inspiración concreta, que se realizarían en los talleres de restauración del último piso del edificio del Ministerio.
Muchas de estas obras fueron instaladas y hasta llegó a proponer una versión concreta del escudo justicialista.
En el año 1951, con la asunción al Ministerio de Educación de la Nación del Dr. Ivanissevich, quien encabezara una cruzada anti-vanguardista en el terreno de las artes, el equipo de trabajo es desactivado, sus responsables removidos de la planta del Ministerio y las obras realizadas retiradas y depositadas en los galpones de la Secretaría de Industria y Comercio, hoy Puerto Madero, donde luego se perderían para siempre.
Sin embargo, luego de la disolución del equipo de trabajo, sus miembros realizaron diferentes obras murales en galerías comerciales hasta mediados de la década del sesenta.
Hoy los archivos y documentos fotográficos, nos permiten recomponer en parte los hechos y algunas de aquellas obras, reconstruyendo un episodio que no por ser ficción, parece menos real que sus protagonistas, que casi hacen realidad, la construcción de un arte para el estado sobre las inmutables leyes del color y de la forma.
El cuadro de situación actual es bien distinto, pero los ideales de lucha que inspiraron a aquellos artistas, siguen tan vigente como entonces.
Leonel Luna / Mayo 2007 Cuadros de situación
Cualquier parecido con la ficción es pura realidad.
lo que deseamos ver
Mi trabajo es una posición de conexión de lenguajes, surgen de una zona borrosa entre la memoria y la historia, entre la pintura y la fotografía Lo real en muchas de mis fotografias se torna permeable y maleable, poniéndose del lado de todo lo improbable para construir imágenes que surgen del imaginario del espectador. En definitiva las obras son aquello que queremos ver.
La reproducción de una imagen capturada mediante técnicas de impregnación lumínica es una operación perceptiva, que se define en un ordenamiento sobre una superficie tomando, mediante métodos químicos, forma y color. Algo que comúnmente denominamos fotografía.
Hoy, los medios digitales transforman la luz en información que, codificada, vuelve a ordenarse en una superficie como imagen en millones de datos. La lectura de esa información funciona como un barrido bidimensional transportando lo que es tridimensional al plano de la bi-dimensión actualmente a través de códigos binarios.
La fotografía abstracta es una corriente que existe desde los inicios de la fotografía como lenguaje autónomo, en ocasiones se debe a ensayos casuales, a búsquedas técnicas y en otros muchos se debe a una intencionalidad clara, a experimentos con la luz, con el agua, con el viento, con la velocidad, con los colores, efectivamente con lo real. Los primeros fotógrafos y artistas, como Stieglitz, Moholy-Nagy, Man Ray, se planteaban la fotografía como un método de búsqueda, como un lenguaje plástico y visual por el que desplazar su mundo interior hacia el exterior: se planteaban premisas del movimiento abstracto. Según Picasso toda abstracción surge de una manera u otra de la realidad, pero la abstracción es una incógnita en su propia realidad, una sugerencia visual, no un acertijo técnico.
Mis fotografías abandonan deliberadamente la reproducción exacta, buscando la abstracción del propio medio y llevando los objetos visibles a sus elementos intrínsecos. Renuncian al objeto reconocible, al momento decisivo, a la perspectiva convencional, a la fidelidad al color, a la precisión del detalle y a la reproducción y circulación ilimitada de la imagen.
Más allá de los géneros, es nuestra experiencia a través de la percepción la que activará las imágenes y determinará que tan real es lo que vemos o sentimos frente a nosotros. Algo tan subjetivo como cierto.